Sentarse con calma en un día soleado en la terraza de Klass a saborear los platos, es un gusto que vale la pena darse. Los precios son altos, pero justos para la calidad de la comida, que se nota que es preparada con buenos ingredientes, de manera minuciosa y con mucha dedicación. Es un sitio descomplicado y sin pretensiones, con esos detalles que lo convierten en una excelente alternativa en el sector