La decoracion al estilo cafeteria/restaurante relax, muy bien logrado, me encantan todos los acabados y todos los ambientes son agradables y lindos. La carta es super amplia, por esto hay algunos platos que no sobresalen, por ejemplo la sopa "mataguayabo" muyyy alimonada, el pescado negro, no la volveria a repetir. A su vez tienen uno de mis platos favoritos en Bogota que son los ñoquis con mariscos en una salsa muy tipica y con sabores fuertes del Peru, buenisimos. Las entradas tambien hay muchas muy ricas para seguir yendo y probar. Ademas tienen de los mejores postres que he probado!! No se puede ir sin probar alguno!