Sin duda alguna es uno de los peores peruanos a los que se puede ir en Bogotá. El buffet del miércoles incluye de entrada unos tiraditos que parecen recién sacados de la nevera, guardado de hace una semana, la consistencia es de carne descongelada y la salsa aguada y con sabor a lata; los solteritos pasaban; pero el puré de papá pasado de sal, mucha sal. De plato fuerte algo de yuca, tacú tacú de frijol, adobe de cerdo, ají de gallina y un lomo salteado y nada con sabor peruano, todo de sabor muy bogotano, muy caserito. Pero lo peor fue el cerdo con puro sabor a lata y con una salsa bien feita. Quizá lo único con sabor peruano fue el postre, un suspiro limeño decente y un muy buen tocino celestial. Pero en conclusión, por el mismo dinero hay opciones mucho mejores en Bogotá.