Este es un sitio para volver y repetir! de día es festivo y en la noche reservado y romántico. Tiene una terraza preciosa y un gran ambiente. El servicio es amable y la comida siempre se siente fresca y en su punto. La pasta hecha a mano hace la diferencia y tiene platos interesantes como los raviolis de plátano maduro que son una delicia!