El ambiente me pareció espectacular, muy acogedor, con detalles que te dan comodidad mientras esperas la comida y mientras comes. Buenos tiempos para servir los platillos, aunque estábamos prácticamente solos en ese momento; pedí raviolis de cangrejo los cuales vienen en una salsa de tomate con un toque cítrico que realmente me encantó, no era excesivo pero era el perfecto acompañante en mi paladar para el sabor del tomate y d l cangrejo. Y se me olvidaba, de entrada pedimos anillos de calamar frito que para mí sorpresa eran Verdes, si, el empanizado era verde lo cual combinaba armónicamente con el delicioso pesto que lo acompañaba. Recomiendo el lugar como un todo. Costo+sabor+servicio=5....saludos