Fui con una vieja amiga sanandresana que le gusta mucho la comida peruana. Me habían hablado de este sitio en el hostal donde me quedé. Pedimos un plato de mariscos con una pequeña langosta y mariscos de brunch. Quedamos inconformes, sobre todo por la cantidad. Muy pequeños platos por un precio bastante importante. No lo recomendaría, a menos que sea para tomar unos tragos en un parque me gusta mucho.