Entre las muchas dificultades de volverse vegano (recriminaciones culturales, sermones médicos y nutricionales) una de las más complejas es la que yo llamo “el sustitucionalismo”. Me refiero a la idea de que cocinar y comer vegano es crear versiones veganas de platos carnistas. Piensen en las hamburguesas veganas. ¿Por qué no dejar estas “pattys” leguminosas en el mundo del sándwich de falafel en vez de crear falsas expectativas? Y qué decir de otras abominaciones como la lasaña de lentejas y la repugnante musaca con bechamel/queso de papa que vemos en tantos restaurantes veganos. Afortunadamente la propuesta de The Pot, si bien incorpora algunos ingredientes “sustitucionalistas” como las albóndigas y el tofu crujiente agridulce (muy bien ejecutados, por cierto), se basa en una culinaria idiosincrásicamente vegana, fundada en cocinas originalmente basadas en plantas, como la de la India. Los pots son deliciosos y la posibilidad de combinaciones es grande. No he probado el ramen aún. Mi única recomendación es que tengan una cerveza vegana (sin albúmina, vejiga natatoria u otros ingredientes de origen animal)