Ayer viví una muy -poco grata- experiencia en el restaurante ubicado en el centro comercial de la Calle 138 y que me privará por el resto de mi vida de volver a cualquiera de sus restaurantes (uno de mis preferidos). Acompañado de un ejecutivo, decidí invitarlo al restaurante en mención; tomamos nuestra orden, la cual fue recibida y ejecutada con puntualidad. Al recibir la ensalada, esta llegó acompañada de tres tiras de pan que me parecieron exquisitas....... Al cabo de unos minutos, llame al mesero y le pedí que por favor me sirviera otras tirillas de ese exquisito panecillo... A lo que el mesero me respondió: - "Debo consultar con el administrador".......... Jamás volvió a aparecer .......... ¿Cuánto pueden costar tres tirillas de pan¿? Unos 100 pesos supongo yo...... Pero el punto en cuestión no es ese, si hubiese la necesidad de pagarlas, pues se pagan. La actitud me parece vulgar, grotesca, descortés, insólita para un restaurante cuya carta promedia los $ 40.000........ Cuando llegó mi pedido, decidí regalárselo al mesero que me atendió y al administrador...... Les recomiendo que no degraden la calidad de la tradición y la comida poniendo a trabajar empleados sin capacitación y lo que es pero, carentes absolutamente del sentido común. Enviado desde mi iPad Carlos Eduardo Forero Carrasco