La experiencia de volver a comer en este restaurante y probar otro de sus platillos espectaculares no podíamos dejarlo pasar, hace un año vinimos de visita y lo conocimos, hoy celebramos el aniversario comiendo un delicioso Gigot de cordero, con una copa de vino tinto, todo delicioso, mi esposo pidió Chateaubriand y de entrada unas setas a la griega, de postre el cream brulee un poco pequeño pero rico también,