Por fin encontré un lugar de comida mexicana que se asimile a la original, aunque aún le falta creo que es lo más cercano a este tipo de comida que se pueda encontrar en Bogotá. Me gusta que el sitio tenga dos ambientes (el de restaurante y el de rumba) el show de marischis es corto pero excelente y el ambiente es chévere. En cuanto a la atención tengo un comentario negativo ya que realicé una reservación pero a la llegada me situaron en la barra para que ordenará y comiera allí (no tenían una mesa preparada), por lo cual tuve que reclamar para que me pasaran a una mesa, hasta que finalmente lo hicieron.