El lugar es muy cómodo. Servicio en el piso 2 y 3. La carta no es amplia. Hay unos tiraditos buenos y entradas perfectas como las sopas de camarones y clama chowder. El arroz con mariscos y el ceviche amazónico ricos. Lo malo es que todos los platos son muy pequeños.... no hay forma de compartir. Las porciones parecen menú infantil por la cantidad.