Un buen sitio para tardear, un ambiente campestre lleno de árboles, aire fresco... es perfecto para r con la familia, la novia o los amigos y tomarse unas cervezas junto a un rico asado. La comida es deliciosa y la sirven al instante, recien hecha y fresca. Lo único que no me gusto fue el servicio de meses (siempre esta muy lleno) y los meseros casi que uno no los encuentra y no limpian las mesas. De resto es excelente para pasar la tarde en un día soleado de Bogotá.