Me dejé llevar por los ratings que tiene Arigato en internet y me fue pésimo. El Yakimeshi estuvo normal, sabía a calentado de la casa. Los sushis fatales (y probé muchos), con pescados apenas pasables: el pulpo ya fue la tapa del espanto. Es cierto que todos los lugares pueden tener un mal día, así que me tocará ir de nuevo porque además la atención me pareció una belleza.