Pequeño italiano situado en la Macarena. Cuenta con escasas 20 sillas. Es un sitio acogedor para ir a comer en pareja. La carta se compone principalmente de pastas, carnes y pizzas. Todas las pastas son caseras. La calidad precio es excelente. Uno sale contento, a un precio más que correcto. Definitivamente faltan más sitios como este en Bogotá. Cocina sencilla, rica y efectiva.