Es un buen sitio para tomarse un cafecito y comer algo de dulce después del almuerzo o de onces. Hay buenas opciones. Sin embargo el servicio de las niñas que atienden es pésimo, son poco serviciales, cero amables, y Contestan lo que uno pregunta porque no les queda opción, pero maleducadas y groseras. Y cuando uno se queja en el servicio al cliente lo pasan por alto y les importa un pito. No lo recomiendo. En bogotá hay un millón de excelentes opciones iguales para tomar onces y comprar cafecito y tortas, donde prestan un mejor servicio.