Hace 30 años Bogotá contaba con varios restaurantes cuyos dueños eran chinos, pero eran poco sofisticados y fueron desapareciendo. Afortunadamente desde hace más de un año y medio tenemos este restaurante. Este es el típico restaurante chino "de verdad". Para esto se requiere: que la fachada este algo descuidada, que administradora (China) tenga cara de pocos amigos, que no tenga un servicio cálido, que el ambiente sea recargado, que el olor del sitio sea extraño (por las preparaciones), y lo más importante que tenga clientes asiáticos y entre más.. mejor. Lo más atractivo de este sitio son las alternativas de Dim Sum (para compartir) que aunque podrían ser más variadas y son algo costosas, están muy bien preparadas. (Sólo conozco otro sitio en Bogotá que lo ofrece). El pato a la Pekín para compartir entre 4/5, aunque MUY costoso, lo preparan de una manera espectacular. De resto, la carta tiene 100 alternativas que vale la pena explorar y compartir. Una de ellas, el cerdo agridulce con arroz frito de muy buen precio. PD tengo que admitir que la administradora al final muestra una faceta sorpresivamente amable.

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