El lugar es hermoso. Considero que el restaurante no tiene una identidad definida, se muestran como un restaurante de "cocina de entorno" sin embargo en la carta encontramos una combinación platos andinos y peruanos, con una combinación de sushi y comida nikei que no acaba de convencer. Pareciera que al intentar abarcarvarios platos (Carta muy extensa) pierden un poco el norte. La comida es ciertamente rica pero lo que venden como "experiencia" de terminar con soplete o nitrogeno algunos platos o bebidas, en lo personal considero que no le aporta nada al sabor o textura. Esto es puro descreste. Algunos platos son muy costosos para lo que son y personalmente me ofende un poco que tengan un acercamiento al tema de la comida local y ofrezcan cortes de carne importados.