En el corazón de Quinta Camacho, en una casa representativa de la zona, se encuentra un restaurante a puerta cerrada, Nueve. El ambiente es acogedor, una decoración sobria que permite que se pase un buen momento. El servicio memorable, cada mesero conoce a profundidad los platos y la recomendaciones realizadas fueron bastante acertadas. La opción de copa de vino de mas de 150 referencias, entre espumosos, tintos, rosé, blancos y dulces es bastante interesante, lo que permite que el comensal acompañe su plato. La comida muy rica, pero hay que saber escoger ya que si bien es algo costoso el lugar, las tapas o los platos pequeños son el menú, y quizá hay que comerse una tapa y un plato pequeño para quedar satisfecho. Los toques regionales y criollos de los platos dan un sabor inigualable. Recomendado mas para ir a cenar mas que para almorzar para mi juicio.

Una hamburguesa esperada y por ello una expectativa grande para por fin saborearla. Pan suave, excelente carne, tocineta en su punto y en general, un bocado bien elaborado que permite tener una comunión entre sabores en el que el resultado es una muy buena hamburguesa. Recomendada

Un buen lugar para degustar un corte de buena carne, su carta es bastante amplia y el servicio del personal es excelente. Del lugar no se puede hablar mucho, no es impactante pero no deja de ser acogedor. Los cortes son generosos y las guarniciones también por lo que hay que ir con hambre.

El concepto es bueno, la decoración es agradable un poco sobrecargada pero en general interesante. La comida esta bien el sabor esta correcto, pero pierde en la presentación muy normal. Es costoso

Fui con muchas expectativas y apenas cumplió, es una buena mezcla de carne, jugosa y un buen pan pero le faltó uniformidad y armonía en el bocado. No es mala vale la pena ir a degustarla

En busca de la añorada mejor hamburguesas, entra una gran competidora, una señorita bien hecha con lo justo y adecuado para escabullirse al top 3 de mis favoritas. Jugosa en su punto y un bacon bien frito. Recomendada

Si tu última comida fue un sábado a las 7 de la noche y te levantaste tarde, el galapago es el lugar para almorzar. La comida es rica, muy abundante y a un precio cómodo. La hamburguesas es algo de otro mundo. Se tiene que ir temprano para evitar las colas aburridoras, que tiene el lugar.

Esperaba más de la pizza, básica de principio a fin. Muy grasosa la española y el sabor era demasiado fuerte.

Después de muchos intentos julia me acogió, siendo el lugar escogido para celebrar un cumpleaños. La pizza si es algo del otro mundo, realmente muy rica es elaborada con sutileza y sus variedades son las adecuadas para los amantes de la comida italiana. Nada corriente como pizzas que se encuentran en cualquier esquina El ambiente de es acogedor, requiere paciencia si no se llega temprano. Buena variedad de vinos italianos à buenos precios. El único pero, siendo una fecha especial no están preparados para dar al homenajeado una copa de helado al menos, se que no es obligación pero esos detalles marcan la diferencia. El servicio del personal es aceptable. Recomendado es bueno hay que ir

Buen restaurante, tiene varias opciones de menú, inclusive en torno al Bogotá Food Week, el menú que ofrecieron permite hacerse una idea del resto de la carta. Los chicharrones y las bolas de risotto con mozzarella estuvieron muy bien. La hamburguesa bastante aceptable y las carbonadas a la flamenca buenas. En términos generales no desentona con los Rausch. Vale la pena conocerlo y darle la oportunidad al resto de la carta.